Cada persona, tanto hombre
como mujer, tiene el mismo derecho de expresarse libremente. La discriminación
por la forma de vestir, moverse o hablar no indica más que ignorancia y envidia
de libertad.
Porque todos tienen la capacidad de decidir sobre sí mism@s y
diferenciarse de los demás. Eso es lo que distingue a una persona y la hace única. Si esto implica ser puta, tanto hombres como mujeres son putos y putas, no en el sentido peyorativo,
sino en un sentido de reivindicación.
Fotoreportaje por Karina Sotalin
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