Un cielo nublado, el frío y el
arco del parque armaron el escenario al que, poco a poco, llegaba la gente que participaría
en la denominada “Marcha de las Putas”, prevista para las 16:30. Denunciar y
condenar la violencia de género en todos los ámbitos, el machismo, el femicidio
(violencia a cuerpos femeninos), el feminicidio (violencia a cuerpos
feminizados), re-apropiarse de la palabra “puta” y sensibilizar a la sociedad,
fueron los principales objetivos de este encuentro.
Las primeras cámaras
aparecieron cuando, antes de la hora fijada, llegaron un grupo de mujeres de la
organización S.O.S. Mujeres-Pichincha. Ellas apoyan para que no se derogue la
ley 103 de la Constitución ecuatoriana, una ley contra la violencia a la mujer
y la familia. Luchan por “erradicar, de alguna manera, el maltrato a la mujer”,
afirmó Mariela Quillupangui, activista de derechos humanos y miembro de la
organización.
Cerca de las 16:00 cayeron las primeras gotas de lluvia. Minutos después llegaron quienes organizaban la marcha, entre ellos, Ana Almeida. Ella encendió los ánimos que ni la lluvia pudo apagar durante el resto de la marcha. Sus colaboradores distribuyeron carteles y pancartas con frases alusivas. “Decido cómo me visto y con quién me desvisto”, “Alerta, alerta, alerta que camina, la marcha de las putas por América Latina”, “No es no, ¿qué parte no entendiste la N o la O?”, fueron consignas que se escuchaban a todo pulmón.
La que parecía ser una reunión
de 20 personas se multiplicó en cantidad. Bandas de música, personas con
disfraces, tambores, rostros pintados, torsos de mujer cubiertos son brassiere,
se mezclaban entre carteles y paraguas. La policía también se hizo presente
para resguardar la seguridad de los participantes.
Un aspecto importante de esta
marcha, la segunda que se realiza en el país, es que no fue solo de mujeres.
Los hombres también asistieron y apoyaron. Novios, esposos, amigos, primos e
incluso niños se dieron cita, a pesar de la fuerte lluvia. Así como
miembros de la comunidad GLBTI (Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e
Intersexuales).
Al recorrer por las calles,
más personas se integraban a la marcha, con o sin carteles. El objetivo fue
apoyar. El ciudadano Diego Dávila apoyaba a la marcha porque considera que debe
existir “respeto a la mujer dentro de la familia y la sociedad”.
Entre la multitud también se
encontraban jóvenes que venían de Cuenca. “La equidad de género es muy
importante. Debemos parar la violencia. En Cuenca también habemos putas y putos”,
aseguró Lennin, mientras sostenía un lienzo con la frase “Soy hombre, no un
macho”.
La lluvia no cesaba, pero
tampoco los cánticos. Unos con ponchos de agua, otros con paraguas y varias
personas, tan solo con su ropa mojada, continuaban hacia la Plaza Foch. Fernando
Rojas asistió con su hija. “Tengo una niña y sé que cuando esté grande va a
sentir el mismo acoso que se da actualmente en todos los niveles”, dijo, por
eso quiso apoyar a esta causa.
La marcha fue difundida no
solo a través de algunos medios de comunicación conocidos, sino que tuvo difusión
propia. Los organizadores promovieron la información y sus objetivos mediante
las redes sociales y su página oficial www.plataformaputasec.org. Sin
embargo, muchos de los asistentes se enteraron del evento por medio de amigos. A
Andrés Cohello le informó su prima. Considera positiva la marcha porque “los hombres
piensan que las mujeres son objeto sexual”.
La lluvia acompañó a la gente durante
todo el recorrido y se intensificó cuando llegaron a la Plaza, donde se había
dispuesto una tarima para los artistas y para explicar los motivos y objetivos
de la “Marcha de las Putas”. Entre quienes apoyaron al evento con su música
estuvo el grupo 7s CREW.
Por: Karina Sotalin
Por: Karina Sotalin
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